¿Qué Implica tener Bruxismo?
El bruxismo es una actividad repetitiva de los músculos que intervienen en la masticación como por ejemplo los músculos masetero (mandíbula) y temporal (cabeza), y que a veces provoca rechinamiento o apriete dentario. Sin embargo, no es necesario que existan dientes para que exista bruxismo, también se puede producir en personas que no tienen dientes.
El bruxismo se puede clasificar según el momento en que ocurre. Si ocurre durante el día, se llama Bruxismo de vigilia, y si ocurre durante el sueño, se llama Bruxismo de Sueño.
El bruxismo puede causar daños en las piezas dentales, como lesiones en la masticación y mordida, aumento de sensibilidad, hipermovilidad. También desgaste de los dientes, que generalmente se ve en las superficies de los dientes, ya que estos entran en contacto al morder o masticar.
Excepcionalmente y en los casos más complicados el bruxismo puede provocar lesiones de partes blandas como lengua, labios y mejillas. Esta acción ocasionada por el bruxismo puede agravarse en pacientes con reflujo gastroesofágico y/o apnea obstructiva del sueño.
No existe un consenso sobre la etiología del bruxismo, por lo que se la considera una patología de origen multifactorial en la cual influyen factores locales oclusales, psicológicos, neurológicos y alteraciones del sueño, entre otros. Estos factores desempeñan un papel en el desarrollo del bruxismo. Estos son:
- Trastornos respiratorios de sueño: ronquidos, Apnea Obstructiva del sueño
- Alteraciones genéticas
- abuso de sustancias como cocaína, alcohol o cafeína o fumar
- trastornos de movimiento (Parkinson, síndrome de Rett, distonía)
- medicamentos: ciertos medicamentos utilizados para tratar la depresión, las convulsiones y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) pueden aumentar las probabilidades de tener bruxismo.
- Reflujo gastroesofágico
Debido a su etiología multifactorial, el bruxismo suele ser un desafío para diagnosticar, por lo que existen distintas formas para evaluar su presencia. Por lo general, su diagnóstico clínico se basa en reportes de rechinamiento de los dientes con ruidos asociados durante el sueño sumado a algunos signos y síntomas. Sin embargo, su diagnóstico debe ser confirmado por un registro de actividad electromiográfica (EMG) durante el sueño, considerándose a la polisomnografía como el criterio apropiado para evaluar la actividad muscular en el diagnóstico del bruxismo.
En cuanto al tratamiento del bruxismo, éste debe estar orientado básicamente a la identificación y control de los factores que lo están originando. Asimismo, debe ir en función de la restauración de los daños ocasionados o resultados negativos en la cavidad oral que puede haber provocado el bruxismo.
En base a esto, se ha observado que la terapia asociada al manejo de las entidades causales puede ser en ocasiones suficiente como terapia. Cuando existe daño a nivel oral, como desgaste dental, la utilización de aparatos orales ha demostrado tener algunos resultados útiles ya que podrían proteger la dentición del daño causado por apretar/rechinar y reducir la actividad muscular mandibular producida por el bruxismo.