Creo tener un Trastorno Temporomandibular de la ATM… ¿Y ahora qué hago?

El primer paso para saber si Ud. tiene o no un trastorno de la ATM ó Disfunción Temporomandibular (DTM), es conocer que ATM significa “Articulación Temporomandibular”.

La Articulación Temporomandibular, es una de las muchas articulaciones que tenemos en nuestro cuerpo, y es la que conecta la mandíbula con el cráneo, por lo tanto, decir que “tengo ATM”, es como decir que Ud. tiene codo, rodilla o cualquier otra articulación.

A nivel mundial los trastornos de la ATM son llamados Disfunciones Temporo Mandibulares (DTM),  ya DTM es un término que no solo se refiere a problemas en la articulación, sino también en los músculos de la masticación (músculos que realizan los movimientos de la boca) y estructuras adyacentes.

Entre los principales síntomas de DTM se encuentran:

  • Dolor en la región de la mandíbula.
  • Dolor en la región de los músculos temporales (altura de la sien).
  • Dolor en la región de la ATM.
  • Dolor en la región del oído.
  • Di­ficultad para abrir la boca, hablar o masticar
  • Sonidos en las ATM, como por ejemplo, estallidos, clicks, zumbidos o una sensación de “arena” en la ATM llamada crepitación.

Como puede observar, por su localización, el dolor proveniente de la DTM puede ser confundida con una serie de otras condiciones, por ello la necesidad de realizar un correcto diagnóstico y consultar con un especialista en DTM y Dolor Orofacial.

Evalúe si  Ud. presenta los síntomas descritos, especialmente si ellos empeoran o son desencadenados por el uso de la mandíbula (por ejemplo, al masticar alimentos duros, abrir la boca o moverla para los lados). Estos datos iniciales, son un buen indicativo de estar desenvolviendo una DTM.

No es posible apuntar a una única causa para todos los casos de DTM. El especialista deberá individualizar su caso, intentando identifi­car los factores que pueden estar contribuyendo, desencadenando o manteniendo su trastorno.

Se sabe de antemano que hábitos inadecuados (como rechinar o apretar los dientes, morder las uñas, mascar chiclets, etc.), pueden ser factores importantes que contribuyen para desenvolver una DTM. Se sabe también que el estrés empeora el sufrimiento de quien siente dolor, generando además cuadros de ansiedad y depresión. Algunas condiciones reumatológicas, como Artritis Reumatóide, Artritis Idiopática Juvenil, entre otras, pueden también afectar a la Articulación Temporomandibular.

Durante la evaluación con un especialista, él le hará una entrevista buscando detalles de lo que Ud. está sintiendo (por ejemplo, localización, como es el dolor que Ud. siente, factores que lo acompañan, que lo desencadena, que lo empeora o alivia, etc), le hará una serie de test que evalúan la movilidad de su boca (mandíbula), palpación  de los músculos de la masticación y de la ATM con la fi­nalidad de evaluar la presencia o no de dolor.

Se es posible, realice un tipo de “diario de dolor” algunos días antes de su consulta, haciendo anotaciones sobre sus crisis de dolor, sus características, y presénteselos al especialista para su evaluación. No olvide también de llevar todos los exámenes que se haya realizado, así como recetas de medicamentos que esté tomando. En algunos casos el profesional podrá solicitar exámenes complementarios, como Radiografí­as, Tomografí­as, Resonancia Magnética, exámenes de sangre, entre otros.

Existen diversas corrientes para el tratamiento de las DTM, sin embargo hay un consenso mundial en evitar en lo posible aquellos tratamientos que llamamos IRREVERSIBLES para tratar las DTM tales como: desgastes dentarios, cirugías, ortodoncias, entre otros. Hay que recordar que estos procedimientos son necesarios para muchos problemas bucales, pero no para el tratamiento de las DTM.

De acuerdo al diagnóstico se indican procedimientos de Medicina física, Fisioterapia (muscular, articular), estimulación nerviosa transcutánea, laser, ultrasonido, aguja seca, terapia neural. Es importante recordar que la ATM es una articulación muy compleja y por ende la terapia que se realice sobre ella debe ser muy especializada.

Para la estabilización articular se utiliza férulas ortopédicas que pueden ser: parciales, completas, inferiores o superiores dependiendo de cada caso, no existe una férula única para todos los pacientes, estas deben ser individualizadas y ser usadas por un corto tiempo, o podrían agravar el cuadro. Cuando amerite un cambio de postura mandibular se emplea aparatos ortopédicos funcionales adaptados a las características del trastorno de cada paciente.

Para algunos pacientes pueden ser necesarios procedimientos mínimamente invasivos (como agujamientos, infi­ltraciones en los músculos o infi­ltración de algún tipo de fármaco dentro de la ATM. Procedimientos invasivos, como cirugías de ATM no son recomendables.

Es fundamental ser evaluado por un especialista, un diagnóstico correcto y precoz puede evitar que el dolor evolucione a una condición más severa, generando más sufrimiento, un tratamiento más complicado, más largo y costoso.

 

 

 

 

 

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